Consejos sobre nutrición infantil
La alimentacion de las niñas y los niños pequeños es de gran importancia para su salud actual y futura. Un niño bien alimentado tendrá mejores oportunidades de crecimiento, desarrollo y aprendizaje. Luego del nacimiento, la lactancia materna es la mejor opción: ofrece la nutrición óptima, protege de enfermedades y fortalece el vínculo madre-bebé.
La leche materna es el único alimento (y bebida) que se le debe ofrecer al bebé hasta el sexto mes de vida cumplido. A partir del sexto mes se debe empezar a sumar alimentos sólidos.
Las primeras comidas deben ser simples, de pocos ingredientes. Los alimentos nuevos deben ser incorporados de a uno por vez, para poder identificar claramente las intolerancias o alergias.
- No hay que agregar nunca sal a la comida de los bebés.
- Si en casa no hay procesadora, se debe picar muy fino o desmenuzar los ingredientes.
- Lavar cuidadosamente las manos con agua y jabón antes de preparar alimentos. También después de ir al baño o de cambiar los pañales del bebé.
- Usar agua potable o potabilizarla antes de consumirla o usarla para cocinar. Para eso, se puede hervir entre 2 y 3 minutos, o agregar 2 gotitas de lavandina por cada litro de agua, media hora antes de usarla.
- Lavar cuidadosamente las frutas y verduras, inclusive si se van a comer peladas o cocidas.
- Cocinar completamente los alimentos, especialmente las carnes rojas y blancas (vaca, pollo, pescado, etc.). La regla es: “Si está rosada, no se come”.
- Las sopas o guisos deben hervirse y si se recalienta comida ya cocinada, hay que comprobar que queme en el interior.
- Cocinar los vegetales al vapor ayuda a conservar los nutrientes y los sabores.
- No hay que dejar alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de 2 horas. Los alimentos ya cocinados y los perecederos deben ir a la heladera lo más rápido posible
- No descongelar los alimentos a temperatura ambiente: sacalos con tiempo del freezer y pasalos a la heladera hasta que estén descongelados. No hay que volver a congelar alimentos que ya fueron descongelados.
- No hay que guardar comidas preparadas por mucho tiempo, ni siquiera en la heladera.
- Separar siempre los alimentos crudos de los cocidos.
- Limpiá muy bien las superficies y utensilios (mesadas, tablas, cuchillos, platos) SIEMPRE después de manipular carnes crudas. Es esencial para prevenir enfermedades, como el Síndrome Urémico Hemolítico.
- Conservá los alimentos en recipientes separados, para evitar el contacto entre crudos y cocidos.
Nunca guardes productos de limpieza o plaguicidas en envases de productos comestibles (como botellas de gaseosa o bidones de agua) porque otras personas, especialmente los más pequeños, pueden confundirse e ingerirlos por error. Deben tener siempre una etiqueta identificando el contenido, estar guardados lejos de los alimentos y fuera del alcance de los niños.
Los y las bebés tiene que crecer antes de poder empezar a comer algunos alimentos. Muchos pueden contener elementos que podrían hacerles daño o que ellos todavía no son capaces de digerir bien.
NO deben consumir:
- Fiambres, hamburguesas, salchichas, chorizos.
- Salsas muy elaboradas, caldo de cubitos y sopas de sobre.
- Comidas muy condimentadas y picantes.
- Ningún té de yuyos (tilo, manzanilla, anís, etc.). Pueden ser muy saludables para los adultos pero el cuerpo de los pequeños puede no tolerarlos y ser mayor el daño que les ocasionemos.
- Gaseosas, golosinas, jugos artificiales.
- Productos de copetín: papas fritas de bolsa, palitos de maíz, palitos salados.
- Postres de los que se venden preparados: mejor hacerlos en casa, los caseros siempre tienen menos conservantes.
- Miel: sólo pueden consumirla a partir del año de edad.
Fuente: Texto adaptado de “La comida del bebé” - Juliana López May y Ministerio de Salud de la Nación