Lactancia a demanda

Lactancia a demanda

Para asegurar la producción y flujo de leche durante los 6 meses de lactancia materna exclusiva, el o la bebé tiene que ser amamantados tan frecuentemente y por tanto tiempo como él o ella quiera, tanto de día como en la noche. Esto se conoce como lactancia materna a demanda o irrestricta.

Los o las bebés se alimentan con una frecuencia variable y toman diferentes cantidades de leche en cada mamada, así que debe seguirse su apetito. Como no vacían completamente el pecho, siempre se puede extraer más leche. Dejan de mamar cuando ya no tienen hambre y no porque el pecho se haya vaciado ni porque la leche sea mala. No hay mejor alimento para un o una bebé que la leche de su mamá.

Como todas las personas somos distintas, nuestros cuerpos también lo son. Los pechos varían en su capacidad para almacenar leche, así que en algunos casos habrá bebés que necesiten alimentarse más a menudo. Por eso es importante no restringir la duración ni la frecuencia de las mamadas. La mamá aprende a responder a las señales del hambre del bebé, que comienzan antes del llanto (se pone inquieto o molesta, buscan con la boca hacia los costados, se chupan las manos). Esto desencadena una respuesta en el cuerpo de la mamá, hay sensación de ‘cosquilleo’ en el pecho antes o durante la lactancia, la leche fluye de los pechos cuando oye el llanto de su bebé (incluso cuando lloran porque se han golpeado o asustado) o puede salir de un pecho mientras el otro está siendo succionado. Se debe permitir que el o la lactante siga chupando hasta que deja el pecho por sí solo. Después de un corto descanso, se puede ofrecer el otro pecho; el o la lactante puede o no quererlo.

Las lesiones del pezón son causadas por el mal agarre y no por las mamadas prolongadas. Si el agarre es mejorado, se mejora la salida de la leche y las mamadas serán más breves o menos frecuentes.

Texto adaptado de “LA ALIMENTACIÓN DEL LACTANTE Y DEL NIÑO PEQUEÑO” - Organización Mundial de la Salud

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